Instituto Missionário dos Filhos e Filha da Paixão de Nosso Senhor Jesus Cristo e das Dores de Maria Santíssima

Club Atlético Boca Juniors

(Buenos Aires - Argentina)

 

Carta - 01

Anápolis, 21 de Febrero de 2005

 

Para el joven Pablo Jerez

Atleta del Club Atlético Boca Juniors

Buenos Aires - Argentina

 

Estimado jugador:

¡Que la mansedumbre del Corazón de Nuestra Señora esté colmando tu alma!

 

Juega al fútbol con alegría y entusiasmo pero no te olvides de la salvación de tu alma. Tú posees un alma inmortal que vale más que todo el oro del mundo, por eso cuídela bien y use todos los medios para salvarla: Salvar mi alma es un negocio personal. No puedo descansar en nadie, ni repartir con nadie el trabajo (San Pedro Julian Eymard, La Divina Eucaristía, Vol 3).

Vive siempre en la presencia de Nuestro Señor y tenlo como tu Amigo Fiel y Verdadero. Aunque tus compañeros o tus familiares te abandonen Él nunca te abandonará: En la vida y en la muerte permanece con Jesús; entrégate fielmente al Señor ya que sólo Él podrá socorrerte cuando todos se hayan ido (Tomás de Kempis, Imitación de Cristo, Libro II – Capítulo VII).

Cuidado con la violencia en el fútbol. Reza esta oración pidiendo la protección a tu ángel de la guardia: Oh santos y puros ángeles, verdaderamente bien aventurados, que continuamente están en la Divina Presencia y que con tan grande júbilo contemplan el rostro de aquel celeste Salomón, quien os colma de sabiduría y los ha hecho dignos de gloria y los ha ornamentado con tantas bendiciones. Vosotros brillantes estrellas que resplandecéis con felicidad en este cielo bienaventurado, os pido que infundéis en mi alma vuestros bienaventurados influjos. Conservad sin mancha mi vida, mi esperanza firme, mis costumbres sin pecado, mi amor entero tanto para Dios como para el prójimo. Os ruego, ángeles bienaventurados, que me conduzcáis de la mano por la senda real de la humildad, senda que vosotros ya habéis caminado, para que después de esta vida yo merezca ver junto a vosotros el bienaventurado rostro de nuestro Padre Eterno y pueda ser contado como uno de vosotros y no una de aquellas estrellas que por orgullo cayó del cielo (San Luiz Gonzaga).

¡Felices Pascuas!

Te bendigo y te guardo en el Inmaculado Corazón de María

 

Padre Divino Antônio Lopes FP