Instituto Missionário dos Filhos e Filha da Paixão de Nosso Senhor Jesus Cristo e das Dores de Maria Santíssima

Racing Club

(Avellaneda – Grande Buenos Aires – Argentina)

 

 

Circular - 01

A los jugadores de fútbol del Racing Club – Avellaneda (Grande Buenos Aires) – Argentina

 

Circular  n. 1

 

Anápolis – GO (Brasil), 14 de agosto de 2011

 

Estimados no se desanimen delante de los obstáculos que surgen en el camino, pero luchen hasta el fin: “Marcar metas no basta, es necesario luchar. Él fuerte no es aquel que nunca se sintió débil, todos ya lo experimentamos un día, sino aquél que lucha por superarse, valiente, corajudo, no es aquel que no siente miedo, nadie es un superhombre, sino aquél que lucha por aventajar la cobardía” (Dom Rafael Llano Cifuentes).

El jugador de fútbol también es llamado a la santidad de vida… santidad dentro y fuera del campo, santidad en todo el comportamiento: “Antes, como es santo aquél que os llamo, transformaos vosotros santos en todo vuestro comportamiento” (1Pd 1, 15).

Existen muchas resoluciones en la vida de un jugador de fútbol, pero la principal resolución es la de volverse santo… grande santo: “Entonces ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación” (1Ts 4, 3).

Ser santo es una necesidad… ser santo es ser de Dios, es vivir en la presencia de Dios… es ser héroe de Dios… es conquistar el Cielo: “Ser santo no es una conveniencia, es una necesidad, ser santo no es un consejo que nos sea lícito seguir o no, pero es una ley divina, uno de los preceptos que Jesús Cristo nos dejó en el Evangelio; ‘Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto’ (Mt 5, 48)” (Pe. Alexandrino Monteiro).

La vida es breve… todo pasa, todo muere y acaba… la vida del jugador de fútbol también pasará. Nuestra vida futura ha de ser con Dios en el Cielo o sin Dios en el infierno. Para vivir con Dios en el Cielo, tres veces Santo, es necesario que seamos santos… solamente los santos entrarán en el Cielo: “Busca la Paz con todos y la santificación, sin la cual nadie verá al Señor” (Hb 12, 14).

Rezo por ustedes y sus familiares, cuiden de sus almas mientras hay tiempo, rezo también por la dirección e hinchada  de este simpático equipo.

Amen a Dios y lean todos los días un trecho de la Sagrada Escritura.

Yo los bendigo y los guardo en el Inmaculado Corazón de María Santísima.

Atentamente,

 

Pe. Divino Antonio Lopes. FP.