A los jugadores de fútbol del
Club Deportivo Arcense
– Arce (Departamento La Libertad) – El Salvador
Circular n° 01
Anápolis –
GO (Brasil), 27 de mayo de 2012
Preciados, no dejen que la
vanidad
del mundo entre en sus corazones, porque sólo en Dios es posible
encontrar la verdadera alegría: “Fuera de
Dios sólo hay alegría efímera y paz ilusoria”
(Bien Aventurado Columba Marmion).
Por más que un atleta corra atrás de
los bienes pasajeros de este mundo éstos jamás le satisfarán su alma
inmortal… Dios es infinito y solamente Él puede satisfacer un alma
inmortal.
Querido, es necesario pesar a los
hombres en la balanza de Dios y no en la del mundo que es falsa y
engañadora, los bienes del mundo son despreciables, no satisfacen y
se acaban de prisa: “Mis días pasaron más
rápido que un atleta, pasaron como un navío…”
(Job 9, 25-26). Pasan y huyen veloces los breves días
de esta vida; Y qué queda al fin de los placeres terrenos? Pasaron
como un velero. El velero no deja huellas a su paso (Sb.5-10).
Preguntemos a todos esos ricos, sabios, príncipes e imperadores que
están en la eternidad; Qué piensan allá de sus grandezas, lujos y
delicias de este mundo? Todos responderán: Nada, nada…
Cuando muere uno de los grandes sólo se habla de él por un tiempo…
después hasta su memoria se pierde (Sl, 9-7). Y si caen en el
infierno, Qué harán, qué dirán ahí? Llorarán diciendo: De qué nos
sirvieron el lujo y la riqueza? Todo ahora se pasó como una sombra
(Sb 5, 8-9). Y nada queda, tan sólo llanto y desespero sin
fin (cfr. San Alfonso María de Ligorio. Preparación para la
muerte).
Queridos no deprecien a Dios por el
fútbol, acuérdense que el fútbol es sólo un deporte y Dios es Eterno
e Inmenso.
El atleta también es hijo de Dios y
posee un alma inmortal; por eso, él mismo debe de esforzarse por
salvarla… ésa debe de ser su principal ocupación.
“Salvar mi alma es negocio urgente… negocio
preso a esta vida, y pobre de mí si no estoy listo cuando se me
venga la muerte y llegue la hora del juicio!” (San
Pedro Julián Eymard).
Reserven horario para la oración. Sin
oración es imposible entrar en el cielo.
Lean todos los días una parte de la
Sagrada Escritura.
Aquél que es católico, debe de estar,
con frecuencia, próximo de la Confesión y de la Comunión.
Los bendigo y los guardo en el
Corazón de Cristo; morada de los santos.
Atentamente,
Pe. Divino Antônio Lopes FP.
|