A los jugadores de fútbol del Caracas
Fútbol Club - Caracas (Departamento Federal) Venezuela.
Circular n° 01
Anápolis – GO (Brasil), 30 de septiembre de 2011
Queridos, jueguen fútbol con
dedicación y alegría, sin olvidarse de la oración, porque es
imposible salvarse sin rezar: “Quien reza
ciertamente se salva y quien no reza ciertamente será condenado.
Todos los bienaventurados, excepto los niños, se salvarán por la
oración. Todos los condenados se perdieron porque no rezaron”
(San Alfonso María de Ligorio).
¡Infeliz del atleta que huye de la
oración! Quien abandona la oración echa por tierra un tesoro
preciosísimo: “Quien huye de la oración,
huye de todo bien” (San Juan de la Cruz).
Para conseguir una gracia el jugador
de fútbol debe de rezar con fe, confianza y perseverancia… debe de
pedir con humildad sin dudar del poder de Dios:
“La oración conmueve de alguna manera a Dios
y lo obliga a concedernos lo que le pedimos” (San
Juan Clímaco), y: “Mayores
deseos tiene Dios de darnos sus bienes, que nosotros de recibirlo”
(San Agustino).
Miles de jugadores se preocupan en
cuidar bien solamente del cuerpo, dejando el alma inmortal de lado.
¿Quién comparecerá delante del
tribunal de Dios después de la muerte: el cuerpo o el alma? Por
supuesto que e alma.
¿Por qué entonces muchos atletas se
preocupan tanto con el cuerpo y dejan el alma de lado? Es señal que
ya perdieron la fe en la Vida Eterna por haber abandonado
completamente la vida de oración. El atleta que no medita y no reza
“se vuelve” un monstruo en poco tiempo:
“Quien deja la meditación en poco tiempo se vuelve un animal o un
demonio” (Santa Teresa de Jesús).
Estimados, dejen de jugar, comer, de
dormir… pero no deje la vida de oración, El atleta no es un
extraterrestre o un superhombre, sino que es
un hijo de Dios que necesita la oración para salvarse.
Es necesario alejarse de deporte esa
“cadena pagana” que trabaja furiosamente para separar
al atleta de Dios. Quieren transformar a los jugadores en
“muñecos” sin almas, preocupados solamente con las cosas
caducas de la tierra.
Lean todos los días un trecho de la
Sagrada Escrituras.
Rezo por la dirección e hinchada de
este simpático equipo.
Los bendigo y los guardo en el
Bondadoso Corazón Santísimo de Jesús.
Atentamente,
Pe. Divino
Antonio Lopes PF.
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