CIDADE MISSIONÁRIA DO SANTÍSSIMO CRUCIFIXO – ANÁPOLIS
– GO
Circular Nº 03 – 03-08-2013
Presados niños, busquen la
santidad de la vida en cuanto sea tiempo y confíen en la
misericordia de Dios que perdona un corazón arrepentido:
“Cuando el hombre
comete un pecado mortal, expulsa Dios de su alma. ¿Pero, qué hace
Dios? Se mantiene a la puerta de esa alma ingrata y la llama; pide a
el alma que lo deje entrar y ruega hasta cansarse”
(Santo Afonso Maria de Ligório).
Agradezco a Dios Vivo y Verdadero
por la presencia de ustedes en la 3º Confraternización Santa
Bernadete Soubirous y San Martin de Porres, en el Barrio Las
Malvinas, Av. Mariscal Sucre s/n, cerca al Hospital de Los Cubanos -
Puerto Suárez (Bolivia).
Estimados, recen por la conversión
de las personas que viven lejos de Dios… para que vuelvan para Él
cuanto antes, porque es terrible la desgracia de vivir lejos de
Nuestro Señor.
Si una casa no fuese habitado por
el dueño, quedará sepultada en la oscuridad, deshonra y desprecio,
repleta de toda especie de inmundicia. También el alma sin la
presencia de su Dios y de los ángeles que en él se alegran se cubre
con lo tenebroso del pecado, de sentimientos vergonzosos y de
completa ignominia.
¡Ay
del camino por dónde nadie pasa ni se oye la voz del hombre! Será
morada de animales.
¡Ay del alma, si en ella no pasea Dios y con su voz ahuyenta las
fieras espirituales de la maldad! ¡Ay de la casa no habitada por su
dueño! ¡Ay de la tierra sin el labrador que la cultiva! ¡Ay de navío
si le falta el piloto; sacudido por las ondas y tempestades del mar,
naufragará! ¡Ay Del alma que no tenga en si el verdadero piloto, el
Cristo! Porque lanzada en la oscuridad del mar
impiedoso y sacudida por las ondas de las pasiones, echada por los
malos espíritos como en la tempestad del invierno encontrará al
final la muerte (cfr. San Macario,
Escritos).
Carísimos,
confíen en la misericordia de Dios y practiquen solamente aquello
que Le agrada.
Recemos por
el Santo Padre Francisco, para que el Señor lo proteja de todos los
peligros.
Amen a sus
padres y trátenlos con cariño y respeto.
Pe. Divino Antônio Lopes FP.
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