CIDADE MISSIONÁRIA DO SANTÍSSIMO CRUCIFIXO – ANÁPOLIS – GO

Circular Nº 02 – 16-06-2013

Carísimos (as) niños (as), no se apoyen en las criaturas, porque ellas cambian continuamente y poseen el corazón traicionero; mas sí, vivan en la presencia de Dios y Él los (las) potejerá: “El hombre justo debe alegrarse en el Señor y junto de Él encontrará su refugio, y los rectos de corazón triunfaran” (Sl 63,11).

Agradezco a Dios Infinito por la presencia de ustedes en la 2ª Confraternización en el Barrio San Martin de Porres, Av. América s/n, Patio de la iglesia de San Martin de Porres - Puerto Suárez (Bolivia).

Prezados (as), feliz del nino (a) que escogió JesusCristo por amigo. Quien escogió a Jesus por amigo posee la sombra de un buen árbol; pues, en Jesus tendrá un escudo que a toda hora del día y de la noche lo estará protegiendo contra los asaltos de sus enemigos. En Jesus tendrá un brazo fuerte que peleará por él y le dará la Victoria en la tentación.

Quien entro en amistad con Jesus se colocó en el camino de la salvación, porque ser amigo de Jesus es ser amigo de Dios. Del bien, de la vitud.

Para ser amigo de Jesus es necesario ser enemigo del mundo, del demonio y del pecado.

La amistad con Jesus es saludable. El corazón humano es a veces tocado por ondas de tan grande amargura que no hay palabras de amigos que las alcancen, aunque sean de los más confidentes. En estos apretos del corazón, en este abandono de los hombres, en este pensar sin conforto, ¡ quién nos puede consolar es sólo Jesus!

Sólo Él puede amansar esas ondas, arrancarnos del abismo de la desesperación y llevarnos a al puerto de la esperanza y de la paz, Sólo Él conoce las palabras, tiene la dulce magia de ser en las tormentas del alma y desdoblar el corazón que se contorce en al auge del quebrando. Sólo Él conoce el secreto de cambiar las noches de tristeza en días de alegria y de hacer rayar en las trevas del desespero, la luz suave de la esperanza.

La amistad de Jesus es Dulce. Sus palabras, mismo leídas en el Evangelio, tiene um no sé qué de dulcura, que no se encuentra en otras (cfr. Pe. Alexandrino Monteiro, Rarios de luz).

Estimados (as) niños (as), sean católicos (as) verdaderos (as) y eviten todo lo que desagrada a Dios.

Amen a sus padres y trátenlos com cariño y respeto.

Recen por el Papa Francisco.

Pe. Divino Antônio Lopes FP.