CIUDAD MISIONARIA
DEL SANTÍSIMO CRUCIFIJO- ANÁPOLIS – GO
Circular n ° 02 -
04-08-2013
Estimado (a), gracias
por su participación en el 1 º Santo Retiro realizado en el Auditorio Jhonn Zen Hotel, Av. Luis
Salazar de la Vega, Nro. 1030, esq. 24 de septiembre
(Central) - Puerto Quijarro (Arroyo Concepción) -
Bolivia, hoy, 4 de agosto de 2013. Meditamos sobre el
tema: Trabajar para la gloria de Dios.
Participaron 94
personas (religiosos, organizadores y
colaboradores) de Puerto Quijarro, Puerto
Suárez, Arroyo Concepción y Anápolis – Brasil.
No perdamos el tiempo
con las cosas de la tierra ni echemos fuera la vida, mas
trabajemos para la gloria de Dios mientras podamos...
porque la vida es corta y pasa el tiempo, para no volver
jamás.
Queridos, no seamos
como la “higuera” estéril, mas si como la
“higuera” que da fruto abundante. Las
palabras de Jesucristo son duras en contra de la higuera
estéril: “Que nunca jamás
nadie coma fruto de ti” (Mc 11, 14).
Jesucristo, nuestro Salvador, es el Dios de amor, mas,
también es exigente, quiere los frutos y no sólo las
hojas.
Jesús maldijo la
higuera, porque sólo encontró hojas, con apariencia de
fecundidad. Tuvo un gesto inusual,
extraño y sorprendente, para que
la enseñanza quedase bien grabada en el alma de los
discípulos y en la nuestra. La vida interior del
cristiano, si es verdadera, es acompañada de frutos: las
obras externas que benefician a los otros.
Si nuestra vida
interior es auténtica, mediante un trato íntimo con Dios
através de la oración y de los sacramentos, se traducirá
necesariamente en una concreta realidad: en una intensa
acción apostólica através de la amistad y los lazos
familiares, en las obras de misericordia espirituales o
materiales, de acuerdo a las circunstancias de cada uno
(cf. P. Francis Fernández Carvajal, Hablar con Dios,
Vol. 3).
Dios quiere que
huyamos del mundo y su ruido, y que abramos nuestros
corazones solamente para Él.
Millones de católicos están echando
la vida afuera... están preocupados solamente en seguir
las máximas del mundo y sus vanidades. ¡Esto no puede
agradar a Dios! Él quiere que nos alejamos del mundo,
sus vicios y pecados... quiere que hagamos bien
mientras podamos, porque el tiempo de atesorar en el
cielo es ahora y no después de
la muerte.
Trabajemos para la
gloria de Dios en cuanto se pueda... en cuanto
respiremos... en cuanto nuestro corazón lata con fuerza.
No juguemos con la gracia de Dios.
Yo les bendigo y les
guardo en el Sagrado Corazón de Jesús.
Con respeto.
Padre
Divino Antônio Lopes FP.
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