EL AMOR DE DIOS
(Ministrada
por la Madre Gabriela de Nuestra Señora de los Dolores)
No podemos despreciar a nuestro
Creador para apegarnos a las criaturas, porque Él nos creó y cuida
de nosotros con cariño y celo:
“Si Dios a cada instante se da a nosotros con
amor infinito, no cabe a nosotros, criaturas miserables darnos a Él
con todo nuestro ser, de modo que todas nuestras obras sean
dirigidas a Él con toda intensidad del amor del que somos capaces”
(Santa Teresa de los Andes).
Es imposible alguien ser santo...
ser perfecto... salvarse, lejos del amor de Dios. Aquél que ama a
Dios ama el bien y desprecia el pecado.
Quien no ama a Dios vive con el
corazón vacío y pierde tiempo con las cosas pasajeras de este mundo.
Aquél que no ama al Creador no
camina para e cielo, mas vive paralizado y apegado a las cosas de la
tierra.
¿Y cómo debemos amar a Dios?
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma y con todo tu espirito”
(Mt 22, 37).
El Pe. Alexandrino Montero
escribe: “Amamos a Dios de todo el corazón
cuando le entregamos todo entero, sin dividirlo con las criaturas.
Dios sólo quiere ser el objeto de nuestro amor. Sólo Él es el Señor
de nuestro corazón”.
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