LA MISERICORDIA DE DIOS
(Ministrada por la Madre Gabriela de Nuestra Señora
de los Dolores)
Dios es infinitamente misericordioso, por eso no
podemos despreciarlo para apoyarnos en las criaturas... eso sería
una gran ingratitud:
“Dios es un abismo incomprensíble de todo bien... Y
por poco que Él haga con que un corazón entienda¿cuán bueno y amable
es, como es posíble que este corazón pueda dejar de amarlo? Todas
las otras ocupaciones y pensamientos son sólo pérdida de tiempo...
como hace bien amar a este Señor tan pleno de amor”
(Santa Margarida Maria Alacoque).
Si Dios es misericordioso, aproxímemonos de Él con el
corazón contricto y humillado... e Él nos perdonará.
Infeliz de aquél que abusa de la bondad de Nuestro
Señor para acumular pecados sobre pecados.
¡Ay de aquél – acrecenta San Agustín – que para pecar
confia en la esperanza! A cuantos esa vana ilusión ha engañado y
llevado a la perdición.
¡Desgraciado de aquél que abusa de la bondad de Dios
para ofenderlo más! Lúcifer – como afirma San Bernardo – fue
castigado por Dios com tan asombrosa presteza, porque al rebelarse,
esperaba no ser punido. El Rei Manasés pecó; se convirtió em seguida
y Dios le perdonó. Mas para Amon, su hijo, que, viendo cuan
fácilmente su padre le había conseguido el perdón, se entrego a la
mala vida con la esperanza de también ser perdonado, no hubo
misericórdia. Por esa causa – dijo San Juan Crisostomo _ Judas se
condenó, porque se atrevió a pecar confiando en la clemencia de
Jesus Cristo. En suma: Si Dios espera com paciencia, no espera
siempre. Pues, si el Señor siempre nos tolerase, nadie se
condenaría; ora, es larga la puerta y espacioso el camino que lleva
a la perdición, y muchos son los que entran por él (Mt 7,13).
Quien ofende a Dios, confiando en la esperanza de ser perdonado,
“es un escarnecedor y no un penitente”, dice Sant Aguntín
(cfr. San Afonso Maria de Ligório, Preparación para la muerte,
Consideración XVII).
Aprovechemos la bondad de Dios para amarlo y servirlo
de todo el corazón... empleando cada minuto, día y hora para
agradarlo.
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