VIVIR CON FIDELIDAD
LO QUE APRENDEMOS, ELIMINANDO DE NUESTRA VIDA LA
HIPOCRESÍA
ESCRITOS DE LOS SANTOS
(Pe. Divino Antônio Lopes FP.)
1. “Cuando los paganos
escuchen de nuestra boca los pensamientos de Dios,
admiraran su belleza y grandeza, pero después, cuando se
den cuenta de que nuestras obras no correspondan a
nuestras palabras, entonces cambiaran de opinión y
comenzar a blasfemar diciendo que el cristianismo es
sólo un mito y una ilusión” (San Clemente de
Roma, segunda carta a los Corintios, 13).
2. “Jesús dice que
debemos antes hacer y después de enseñar a hacer, Él
coloca la práctica del bien antes de la enseñanza,
mostrando que podremos enseñar con suceso, solo, si
antes ponemos en práctica lo que enseñamos y jamás
hacemos lo contrario. En otra ocasión, Jesús dirá:
'Médico, cúrate a ti mismo '. Aquél que es incapaz de
dirigir bien su vida y busca educar a otros, corre el
peligro de ser ridiculizado por muchos, de hecho, que ni
siquiera podrá enseñar, porque sus acciones dan
testimonio de lo contrario a sus palabras” (San
Juan Crisóstomo, Comentario al Evangelio de Mateo).
3. “Sus palabras
permanecen en nosotros cuando hacemos todo lo que nos
ordenó y deseamos lo que nos prometió, sin embargo,
cuando sus palabras permanecen en nuestra memoria, mas,
en nuestra vida y en nuestros hábitos no se encuentra
ningún rastro de ellos, entonces la rama ya no es parte
de la vid, porque ya no absorbe más la vida de su raiz”
(San Agustín, Comentario al Evangelio de San
Juan).
4. “Es mejor callarse
y ser, de que hablar y no ser. Buena cosa es enseñar, si
quien dice lo hace” (San Ignacio de Antioquía).
5. “La palabra es viva
cuando son las obras que hablan. Cesen, ruego, los
discursos, hablen las obras. Estamos saturados de
palabras, mas vacios de obras y por eso, maldecidos por
el Señor, porque Él maldijo la higuera en la que no
había encontrado ningún fruto, sólo hojas” (San
Antonio de Padua).
6. “El cristiano no
debe traicionar, no debe entusiasmarse con palabras
vanas, no debe defraudar. Su misión es muy delicada, ya
que debe ser fermento en la sociedad, luz del mundo, sal
de la tierra. El cristiano está convencido, cada vez
más, de la enorme dificultad de su compromiso: debe ir
contra la corriente, debe dar testimonio de las verdades
absolutas, mas no visibles; debe perder su vida terrenal
para ganar la eternidad, debe convertirse em
responsable, incluso del prójimo para iluminarlo,
edificarlo y salvarlo” (Beato Juan Pablo II,
Homilía, 1979).
7. “La gente, hoy en
día cree más en los testigos que en los maestros, más en
la experiência que en la doctrina, más en la vida y los
hechos, de que en las teorías. El testimonio de la vida
cristiana es la primera e insustituible forma de misión:
Cristo, cuya misión nosotros continuamos, es el
‘Testigo’ por excelencia (Ap 1, 5, 3, 14) y el modelo
del testimonio Cristiano” (Beato Juan Pablo II,
Redemptoris Missio, 42).
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