¿POR QUÉ JESUS QUISO 
					NACER NIÑO?
					  
					
					(Pe. Divino 
					Antônio Lopes FP.) 
					  
					
					
					(Is 9, 5) 
					  
					
					
					“Nos nació un niño; nos fue 
					dado un hijo” 
					. 
					  
					
					
					Considera que al fin de tantos siglos, tras tantas súplicas 
					y suspiros, el Mesías, a quien los santos Patriarcas y 
					Profetas no habían sido dignos de ver, el suspirado de las 
					gentes, el deseado de las colinas eternas, nuestro Salvador, 
					ya vino, ya nació y se dio todo a nodos:
					“Nos nació un niño; nos fue dado un 
					hijo” (Is 9, 
					5). 
					
					El 
					Hijo de Dios se hizo pequeño para hacernos grandes; se dio a 
					nodos, a fin de que nodos nos dimos a Él; vino a mostrarnos 
					su amor a fin de que nodos Le respondamos con el nuestro. 
					Hagámosle acogida afectuosa, amémoslo y recurramos a Él en 
					todas nuestras necesidades. 
					
					Los 
					niños, dice Son Bernardo de Claraval, les gusta dar lo que 
					les pide. Jesús Cristo vino como niño para mostrarnos todo 
					inclinado y propenso a comunicarnos sus bienes:
					“En él están concluidos todos los 
					tesoros” (Cl 
					2, 3), y:
					“El Padre todo ha puesto en su 
					mano” (Jo 3, 
					35). 
					
					Si 
					deseamos luz; Él vino para iluminarnos. 
					
					Si 
					queremos fuerza para resistir a los enemigos; Él vino 
					exactamente para en los confortar. 
					
					Si 
					queremos el perdón y la salvación; Él vino para perdonarnos 
					y en los salvar. 
					
					
					Si queremos el don supremo del divino amor; 
					Él vino para abrasar nuestro corazón. Es, sobre todo, para 
					ese fin que se hizo niño: 
					“Quiso 
					aparecer en medio de nodos tanto más amable, mientras más 
					pobre y humilde, quiso quitarnos todo el temor y ganar 
					nuestro amor”
					(San Pedro Crisólogo). 
					
					
					Además de eso, Jesús Cristo quiso venir pequeño para ser 
					amado por nodos con amor no solamente de apreso (estima), 
					sino también de ternura (cariño). Todos los niños 
					saben ganar lo afecto de todos aquellos que las ven; pero 
					quién no amará 
					
					Con 
					toda ternura a un Dios hecho niño, necesitado de leche, 
					tiritarte (temblando) de frío, pobre, humillado y 
					abandonado; a un Dios que llora en una manjedoura sobre la 
					paja? 
					
					
					Oración: Ó mi Señor, mi único Bien y mi único 
					Amor, quiero anteponer vuestra gana a cualquiera querer mío. 
					Aunque me ofertaran el mundo entero, no lo quiero. No quiero 
					más dejar de amar a quién tanto me ha amado; no quiero más 
					dar disgusto a quien merece de mi parte un amor infinito. 
					Ayuda-me, ó Jesús, con vuestra gracia, a realizar este 
					deseo. María, mi Reina, es a vuestra intercesión que me 
					reconozco debido de todas las gracias
					
					recibidas de Dios; no dejéis de interceder por mí. Vosotros 
					que sois la Madre de la perseverancia, obtened-me a 
					perseverancia final. Amén. 
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